miércoles, 14 de octubre de 2009

PROVERBIOS DEL INFIERNO (William Blake)

En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña; en invierno, goza.
Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría.
La Prudencia es una vieja solterona rica y fea cortejada por la Incapacidad.
Aquel que desea pero no obra, engendra peste.
El gusano perdona al arado que lo corta.
Sumerge en el río a aquel que ama el agua.
El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.
Jamás se convertirá en estrella aquel cuyo rostro no irradie luz.
La Eternidad está enamorada de las obras del tiempo.
La abeja laboriosa no tiene tiempo para la tristeza.
El reloj cuenta las horas de la necesidad,
pero ningún reloj puede contar las horas de la sabiduría.
Los únicos alimentos sanos son aquellos que no coge la red ni el cepo.
Usa número, pesa y medida en un año de escasez.
Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias alas.
Un cuerpo muerto no venga las injurias.
El acto más sublime consiste en colocar otro delante de ti.
Si el necio persistiera en su necedad se volvería sabio.
Villanía, máscara de la astucia.
Pudor, máscara del orgullo.
Las prisiones están construidas con piedras de la Ley, los burdeles con piedras de la Religión.
El orgullo del pavo real es la gloria de Dios.
Lubricidad del chivo, generosidad de Dios.
La cólera del león es la sabiduría de Dios.
La desnudez de la mujer es la obra de Dios.
Exceso de pena, ríe. Exceso de alegría, llora.
El rugido de los leones, el aullido de los lobos,
la cólera del mar tempestuoso y la espada destructora son porciones de eternidad demasiado grandes para el ojo del hombre.
La zorra cautiva no acusa sino al cepo.
La alegría, fecunda; el dolor da a luz.
Dejad que el hombre vista la piel del león y la mujer el vellón de la oveja.
El pájaro, un nido; la araña, una tela; el hombre, la amistad.
El necio egoísta y sonriente,
y el necio triste y ceñudo serán tenidos por sabios y servirán de norma.
Evidencia de hoy, imaginación de ayer.
La rata, el ratón, la zorra y el conejo cuidan de las raíces; el león, el tigre, el caballo, el elefante, de los frutos.
La cisterna contiene; la fuente rebosa.
Un pensamiento llena la inmensidad.
Está pronto a decir siempre tu opinión, y el ruin te evitará.
Todo lo creíble es una imagen de la verdad.
Nunca perdió más tiempo el águila que cuando escuchó las lecciones del cuervo.
La zorra se provee; pero Dios provee al león.
Piensa por la mañana, obra al mediodía,
come por la tarde y duerme por la noche.
Aquel que ha permitido que abuses de él, te conoce.
Como el arado obedece las palabras, Dios recompensa las plegarias.
Los tigres de la cólera son más sabios que los caballos del saber.
Del agua estancada espera veneno.
Nunca sabrás lo que es suficiente a condición de
que sepas lo que es más que suficiente.
Escucha el reproche de los necios: es un título real.
Los ojos de fuego, la nariz de aire, la boca de agua, la barba de tierra.
El débil en valor es fuerte en astucia.
Nunca pregunta el manzano al haya cómo crecer, ni el león al caballo cómo coger su presa.
El que agradece lo que recibe, da a luz una abundante cosecha.
Si otros no hubiesen sido necios, nosotros lo seríamos.
El alma llena de dulce placer no puede ser manchada.
En un águila miras una porción de genio. ¡Alza la cabeza!
Así como la oruga elige las hojas más hermosas para poner sus huevos, el sacerdote deposita su
maldición sobre los mejores goces.
Crear una sola flor es trabajo de siglos...
La maldición fortifica; la bendición relaja.
El mejor vino es el más viejo, la mejor agua es la más nueva.
Las plegarias no aran; las alabanzas no maduran.
Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.
La cabeza, lo Sublime; el corazón, el Pathos; los órganos genitales, la Belleza; los pies y manos, la
Proporción.
Como el aire al pájaro o el agua al pez, así el desprecio al despreciable.
La coneja quisiera que todo fuese negro, y el buho que todo fuese blanco.
Exuberancia es Belleza.
El león sería astuto si tomara consejo de la zorra.
El progreso traza los caminos derechos; pero los caminos tortuosos, sin progreso, son los caminos del genio.
Antes asesina a un niño en su cuna que nutras deseos que no ejecutes.
El hombre ausente, la naturaleza estéril.
Nunca puede ser dicha la verdad de manera que pueda ser comprendida sin ser creída.
¡Bastante! o, más aún, demasiado.
Los poetas de la antigüedad animaron los objetos sen-sibles con dioses y genios,
nombrándolos y dotándolos con las propiedades de los bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades,
naciones y todo lo que sus enormes numerosos sentidos podían percibir.
Estudiaban particularmente el genio de cada ciudad y país colocándolo bajo la tutela de una deidad espiritual.
Bien pronto, para ventaja de algunos y esclavitud de muchos, se formó un sistema intentando dar
realidad a deidades espirituales o abstraerlas de su objeto. Así dio principio el sacerdocio, instituyendo ritos según los relatos poéticos.
Y, al fin, declararon que los Dioses lo habían querido de este modo.
Así olvidaron los hombres que todas las deidades residen en el corazón.

Tomado de EL MATRMONIO DEL CIELO Y EL INFIERNO de William Blake

martes, 25 de agosto de 2009

LA LUNA (Jaime Sabines)


La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía.

Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.

Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.

Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

"Palabras impresas en mis memorias por un amigo en la distancia. Espero hayan sido de su agrado".

ELOGIO A LAS MUJERES BRAVAS (Héctor Abad)

Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Por: Héctor Abad

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!!!!

miércoles, 25 de febrero de 2009

CADAVER EXQUISITO (Fito Paez)

Comienza el día y una luz sentimental
nos envuelve, vuelve, se va.
La fabulosa sinfonía universal
nos envuelve, vuelve, se va.
Tango, sexo, sexo y amor,
tanto tango, tanto dolor.

Mi vida gira en contradicción,
jamás conquisté mi corazón

Mas donde estaba cuando pasó lo que pasó?
Hablandome al espejo solo.

Vengo de un barrio tan mezquino y criminal
quizás te queme, queme, quizás.
Vengo de un barrio siempre a punto de estallar
quizás te queme, queme, quizás.

Si de nada sirve vivir
buscas algo porque morir.

El tiempo me ha enseñado a mirar,
Y a veces me ha enseñado a callar.

Donde estabas cuando pasó lo que pasó?
Hablándote al espejo sola.

Es tanta la tristeza y es tan ruin
Celebro la experiencia feliz.
La estupidez del mundo nunca pudo y nunca podrá
Arrebatar la sensualidad.

Busco mi piedra filosofal
en los siete locos, en el mar,
en el cadáver exquisito al no tener piedad,
en la quinta esencia de la música.

Dentro mio, en el amor y el odio
tener que pensar (que pensar)
preferiría tu sonrisa, toda la verdad,
avanzo un paso, retrocedo,y vuelvo a preguntar,
que no cambiepara no cambiar jamás.

Todo es imperfecto amor y odio...




martes, 10 de febrero de 2009

DEL AMOR Y OTROS CIENTÍFICOS (Sortilegio)

No hablaré bajo ningún repudio del amplio y ostentoso (y a su vez underground) gremio que me cobija, sin embargo algunas situaciones ilustran primero mi anonimato, y segundo, que en persona sea una simpática cabeza hueca, de esas que muchos gozan mofearse.

En el mundo de la ciencia es bien sabido que el éxito es medido: en el número de divorcios a cuestas,(o por el contrario, la total ausencia de una pareja a los 50), o en su defecto, lo que para mí debería ser más determinante en la concepción de un buen científico, la cantidad de artículos publicados, los cuales serán leídos por un grupo diminuto de cerca de 10 personas, y estos a su vez serán citado por otros diez tantos, y así, así… así… monótono, sin trascendencia, me duermo… zzzZZZ

Tras esta infame necesidad de hablar teniendo como adjetivo a una personalidad del fame wall de la conservación, citar el autor, un fulano de tal que nunca tuvo vida social por andar tras el sueño científico, la teoría cual, el pretexto del método, y todas esas materialidades tan estrictamente celadas, me pregunto: ¿Dónde quedó el espacio para la auto suposición? ¡Qué carajos estoy diciendo! ¡Ninguna suposición! Me opongo a la idea de que el criterio propio no pudiera transformarce en concepto. ¿O no puede ser negociable una opinión por teoría? ¿O será que sólo teorizaban las mentes lúcidas del siglo 19?

Mientras genero mi críticamente flaqueante y mal soportada, recuerdo con humor los viejos científicos, los de la barriga colgante sobre el cinto, y sobre la cual apoyan medio vaso de güisqui* barato (muy típico de los congresos), realizando alguna broma técnica o comentando alguna anécdota gremial, como por ejemplo: “el trypanosoma me movió la pipeta”, riéndose meciendo el cuerpo en círculos. Mientras tanto en las calles, sucios y melenudos andan sus hijos rebelados ante la doctrina patriarcal científica (o matriarcal, escasamente vista para el dolor de mis pesares y mi orgullo) que se dedicaron a estudiar artes, fumar copetes y tomar chin chin, puesto que en casa de herrero, azadón de palo… (Le atribuyen el refrán a la tradición oral criolla, pero estoy sospechando que fue idea de Murphy).

Los vasos de güisqui (aunque fuese en vaso desechable) nunca estuvieron al alcance de los mortales de bajo perfil, o para aquellos que no pertenecíamos a la farándula conservacionista… si señoras y señores, esos que hacen el trabajo pero que sólo son citados en la parte final de la autoría, o en el peor de los casos, en los agradecimientos. En ciencia, nuestro estrato no otorga méritos a esos placeres. Sin embargo, cobijo esperanzas de que algún día me sea atendida, aunque por alguna extraña razón, las mujeres a la ciencia ascienden cual lo hacen en la policía (osea, por al ley del garrote y sin cumbre), con la diferencia que en las fuerzas del orden público, en la maoría de los casos, no se le niega acceso a una mujer.

Son las conversaciones tan irracionalmente hundidas en las labranzas, que cuando no se discute de animales silvestres, tiende a comportarme como uno de ellos… y en medio de cualquier conversación que demande solvencia fuera del gremio, concluye con rabo entre las piernas y escarbada esquinera. Diagnóstico: nos estamos inadaptando socialmente.

En cuanto a mi experiencia personal (¡o por Dios, empieza el confesatorio!) de cierta manera siento que en alguna oportunidad algún amigo se irritó en el momento justo que abruptamente interrumpí su justificación retórica y bien elaborada a una conversación de esas poco triviales. Supongo (¿o afirmo?) que por sus dotes profesionales, su perfil culto y su ardua afinidad con la literatura, la mecánica de su expresión obliga a definir cada una de sus palabras. Supongo que yo, en carencia de cultura, poca afinidad con la literatura, alta terquedad (herencia dicen los genetistas, posición de las estrellas dice el hermano Salomón, resistencia dicen los psicólogos), o cualesquiera que sea la razón verdadera, me opongo a dejar fluir cualquier conversación que en mis espacios ajenos a la ciencia se parezca en lo mínimo a la ciencia, o sea, gente citando teorías para hablar de pendejadas (sin el ánimo de ofender a nadie), o vasos de güisqui sobre la panza. Lo más paradójico es que, al igual que en el método científico, esta situación es completamente replicable en cualquier sujeto que se involucre con la perversa ciencia.

Ciencia, como una mafia, obliga a: convertirte en Ciensosa, y no poder escapar de ella. Quien desafíe la ciencia recibe su señalamiento, y hasta se le da una muerte científica… hasta hay falsos positivos en la ciencia, solo que estadisticamente se le llama pseudoreplicación (cualquier parecido con la realidad…). En la anécdota número dos describo como se es burlada la persona que manifieste cualquier emoción hacia su oficio, por lo cual los micos nos son bestias peludas ni carismáticas, sino objetos de estudio. Por tanto, y dada mi naturaleza sensible (secuencia genómica dicen los moleculares, posición de la luna dice el hermano Salomón, emotividad dicen los psicólogos), tengo la sospecha que soy el “hazmerreír” del gremio.

Dotoraaaaa, Dotoraaaaaaa (traducción: -Doctora-, como se le suele llamar a cualquier pelagato con algún miserable título universitario)… ¿hasta cuando me torturará dicho adjetivo? ¡Me niego a bautizarme Savage, Ziegler o Herkovitz!

*Micrososft Word asegura que es la nueva forma latinizada que describe a aquel licor ostentoso y elitista… que finalmente se crió bajo las naguas de un hombre (cual hijo de puta post decomiso)

“ES SOLO UNA CUESTIÓN DE ACTITUD” (Fito Paez)

Empezaré advirtiendo que no tengo dotes literarios, no conozco a ningún escritor Best Seller, no tengo familiares literarios, ni afinidades bohemias. En la Feria del Libro nunca me incliné por los libros de suculentos escritores (he de confesar, corrí a ojear el libro de la Alessandra Rampolla, notando de reojo que algunos otros pseudo puritanos como yo hacían lo mismo) y me opongo enérgicamente a contarles las obras leídas, posiblemente estoy harta de jactarme de mis aptitudes literarias, aunque soy lectora activa (¿cuentan los artículos científicos? ¡De esos creo que me he leído un millón!).

Por tanto, doy completa autorización para que hagan sus más despiadadas críticas, que mientras ustedes pisotean lo poco que queda de mi autoestima como “bloggeadora”, yo estaré alimentando mi ego con algún libro barato de Walter Rizo, de esos que vienen en el Espectador, (de venta en almacenes de cadena).

Finalmente... ¡pues qué carajos... poco importa! todo se resume a una sátira mal lograda de mi vida... y de la vida de otros, aunque eso me cueste más de un afecto.

ADVERTENCIA: Todo lo que escribo de cierta forma no tiene sentido. En caso de tener sentido, supongo que no es digno de ser leído. El exceso de ocio es perjudicial para la salud.