viernes, 22 de diciembre de 2017

Las historias no significan nada... si no tienes a quien contárselas...

Y si... estamos aquí... somos la construcción de miles de historias, que se entretejen con los ojos de quien miramos, de las caricias que damos, de los besos que compartimos.

Hay una historia de la cual nadie quiere hablar, y que sin embargo gritamos con cada palabra de auxilio que dejamos escapar en nuestra inutilidad al amar, y nuestra fascinación al correr entre las pasiones.

Existe una historia secreta que dejamos escapar entre los dedos, y sutilmente imputamos a quienes se atreven a leernos... con el daño o la cura que puedan ofrecer.

Somos historiadores de cuerpos, de tiempo, de amores vencidos, y de todo aquello que negamos porque odiamos el dolor y el aroma de las noches perdidas... Capítulos que yacen abandonados sobre las sabanas abandonadas, tinta  que transcribe en quien escucha cada página de nuestra drama comedia.

Somos una historia escrita con palabras prohibidas, discursos baratos, poesía y retahíla... y también de versos torpes e insulsos que se codean con nuestra ignorancia, o nuestra incapacidad de improvisar frente a la infortuita vida.

¿Quién se atreverá a hojear estos cuerpos? ¿Quién escribirá en los lienzos de las memorias?

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