lunes, 18 de enero de 2016

ME SIENTO COMO UN BONICE EN CARTAGENA (Sortilegio)


Desecha por el calor, estaba decidida en regresar a mi casa a refugiarme cual vampiro del inclemente clima de mi ciudad, sin embargo, en el camino, un chico bohemio comía cholado y arepa valluna, lentes oscuros, barba espesa, y la más grata sonrisa me recibía en sus afectuosos brazos. Le reconocí allí, a uno de los mejores amigos sobre el planeta Tierra, y sin más reparos, me recargue de energía y decidimos continuar con la vida en aquella bochornosa ciudad.

Entonces, él con sus aspecto hipster y un cuatro llanero  recién comprado, yo con mi pinta rockera, y una guitarra rota, caminamos con actitud calles abajo fingiendo ser los músicos más alternativos, siendo que ninguno  tenía la menor idea de tocar aquellos instrumentos.

Caída la noche, decidimos darle cierre tomando cervezas de colores y comiendo papas fritas… (Mmmm, que delicia, amo mi vida!!!) La noche se tornó interesante con la llegada de más amigos, y pola tras pola fui perdiendo todo control en mis actos, pero en este navío lleno de ebrios y embriagados de vida, no hay espacio para la discreción ni el escrutinio público, así que decidimos desafinar un poco y desentonar con el espacio rodeante, cantamos clásicos tropicales desde “La Bomba”, bailando “La Macarena” y cerrando con “Los aretes que le faltan a la Luna” para enamorar la noche en aquel bar de Rock.

Y entonces, ocurrió lo inevitable: una interminable lista de cosas cursis por decir se fueron plasmando poco a poco en la línea móvil del ex en turno… era la “Noche de la Tusa”.

Bajo efectos del licor todos somos valientes, pero a la voz de la luz del día, un sentimiento profundo de vergüenza me invadía. Supongo que esos listados de “Las 10 cosas por hacer para superar una Tusa”, debería traer una letra menuda donde se indique la manera correcta de ejecutar dichas tareas, de lo contrario tu dignidad corre peligro.

COSA #1 POR HACER PARA SUPERAR UNA TUSA: EMBORRACHARSE

ADVERTENCIA: Antes de entregarse a las mieles del licor, Borra su número celular, borra todo registro de conversación, borra sus fotos, borra el numero celular de sus amigos, cancela tu plan de minutos del celular, tu plan de internet, extirpa de tu cerebro el hipocampo, enférmate de Alzehimer, cámbiate el nombre, la identidad, coge una maleta y lárgate muy lejos, de preferencia en medio de la selva o en cualquier sitio donde no hablen tu idioma, corre a kilómetros de la ciudad del fulanito aquel, si es posible, pídele al atlas que borre dicha ciudad de la división política de tu país, huye despavorida.

COSA #2 POR HACER PARA SUPERAR UNA TUSA: SAL CON TUS AMIGOS

En el día posterior, lidié con una resaca que me obligó a beber medio acueducto municipal, y comer fruta como un mico, pues no resistía absolutamente nada más en mi estómago. 

En la noche, un amigo me invito a ver películas, beber jugo de guayaba y tomar una amena conversación. Él, que es un chico de pensamiento divergente, me conecta con introspecciones sobre las relaciones afectivas, y entre charla y charla confiesa que en algún tiempo pasado hubiera querido salir conmigo, como más que un amigo, pero que se ha negado a dicho menester en aras de mi actitud, la cual definió en muchos términos, pero ninguno de ellos apuntaba a nada positivo.

Entonces viene a mí el “Guayabo afectivo”, y me sumerjo en un mar de reflexiones que no me llevan a ningún lado, pero que ciertamente me invitan a deliberar un poco más sobre mi actitud hacia y con los hombres… y es que tal vez, sin ningún ánimo ni intensión, puede que yo misma les esté rechazando inconscientemente, de maneras que me cuesta imaginar, formas extrañas de lidiar con la proxemia masculina, o malos cuestionamientos al abordar el amor.

No tengo respuestas a todas esas indagaciones, pero a medida que tenga tinta para ello las iré escribiendo… promesa de borracho!!!

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